LA USURPACION DE LA AUTORIDAD DE CRISTO POR PARTE DEL PAPADO

LA USURPACION DE LA AUTORIDAD DE CRISTO POR DEL PAPA DE ROMA

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición (2 Tesalonicenses 2:3)

~. La apostasía del Señor se determinará principalmente por estas dos cosas: (1) socavando su autoridad; (2) destruyendo los intereses de su reino. Por estas dos podemos entender la apostasía, que ha de venir primero.

[1.] Socavando su autoridad. Ciertamente, su autoridad se ve socavada cuando otros se atreven a usurpar su puesto sin su permiso. Por lo tanto, imponer una cabeza universal de la iglesia visible, a la que Cristo nunca designó, es manifiestamente usurpar su autoridad; aunque quien se entrometa pretenda obtener su soberanía de Cristo y estar bajo su autoridad, esto constituye traición a Cristo, pues se trata de una autoridad establecida sin su consentimiento y, por lo tanto, en contra de él.

Situemos el caso en un reino temporal, la cosa quedará clara. Y así, el Papa es el líder usurpador de una rebelión contra Cristo. ¿Dónde lo instituyó Cristo para que asumiera este cargo?  «Tu es Petrus»  es una pretensión tan rancia, tan a menudo frustrada y derrotada, y alegada con tan pocos fundamentos —como que Cristo confirió así autoridad singular a Pedro sobre el resto de los discípulos, que de Pedro desciende a sus sucesores, y a los de Roma (si alguna vez estuvo en Roma), y no a los de Antioquía—, que es interminable indagar en los absurdos de esta impertinente alegación.

El argumento cobra mayor fuerza cuando el Papa condena a todas las iglesias que no se sometan a sus súbditos, por santas, buenas y obedientes que sean a las leyes de Cristo. Sin duda, si acaso, esto es una apostasía o una rebelión contra nuestro legítimo Señor; y consentir en esta rebelión y usurpación es verse arrastrado a una conspiración contra Cristo, someterse al cisma más pernicioso que jamás haya desgarrado la iglesia de Cristo y traicionar la libertad del pueblo de nuestro Señor ante una usurpación tiránica.

Thomas Manton, Dieciocho sermones sobre el segundo capítulo de la segunda epístola a los Tesalonicenses, que contiene la descripción, ascenso, crecimiento y caída del anticristo, con diversas advertencias y argumentos para establecer a los cristianos contra la apostasía de la Iglesia de Roma  (1679) en  The Complete Works of Thomas Manton, DD  (22 vols, Londres, 1871), 3: 27

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