La Iglesia es el Israel de Dios

 LA IGLESIA ES EL ISRAEL DE DIOS

¿Cómo puede la interpretación «literal» concluir que la Iglesia es Israel?



— Fuente: Samuel Waldron, Una Respuesta Amistosa al Manifiesto Milenarista de MacArthur.

La Iglesia es el Israel de Dios, y no es necesario ser un espiritualizador para decirlo.

Como los amilenaristas no creemos en la teología del reemplazo, no sostenemos ni necesitamos una hermenéutica alegorizadora.

Sin embargo, la Biblia a veces habla de «algo real» haciendo uso de lenguaje simbólico.

Veamos cómo entendiendo el cumplimiento sabemos que la iglesia es el verdadero Israel de Dios.

1. LA IGLESIA TIENE UN ORIGEN Y UNA CONSTITUCIÓN ÉTNICAMENTE JUDÍOS

Jesús el Cristo fue un judío étnico. Sin embargo, Jesucristo ―en Su oficio de Mesías y Mediador— es el origen y centro de la existencia de la Iglesia.

Todas las promesas de Dios a Israel son ratificadas en Cristo; y nosotros, como Iglesia Suya, tanto judíos como gentiles, somos beneficiarios de esas promesas  (2 Cor. 1:19‑20).

Como Mesías de los judíos, Cristo, es que Él edificaría Su Iglesia. Entonces, la Iglesia cristiana es la Iglesia del Mesías.

Él es la verdadera simiente de Abraham y todos los que estén unidos a Él son también simiente de Abraham y herederos según la promesa (Gál. 3:29).

La Iglesia vive sobre la base de las promesas de Dios, y estas promesas le pertenecen porque está en unión con el Cristo.

La Iglesia tiene:

- Un Mesías judío,

- Un fundamento apostólico judío, y

- Un núcleo de su membresía judío.

Según Efesios 2:12‑19, es «la ciudadanía de Israel» con ciudadanos étnicamente judíos y ahora también con ciudadanos que eran gentiles, quienes se han hecho nuevos israelitas por la circuncisión no hecha por manos (Col. 2:11).

Con la abolición de la circuncisión física, todo lo que se necesita para hacer que un hombre sea un nuevo y verdadero israelita es la bendición de la circuncisión de Cristo (Rom. 2:25‑29; Efe. 2:11‑13; Flp. 3:3).

Todas las instituciones principales del Pacto Mosaico hallarían su cumplimiento en las bendiciones que la Iglesia posee en el Nuevo Pacto.

El Nuevo Pacto se hace con la casa de Israel y la casa de Judá según Jeremías 31. Según el Nuevo Testamento, se hace con la Iglesia.

La conclusión natural es que la Iglesia de Cristo es la casa de Israel y la casa de Judá; con un núcleo étnicamente judío con los apóstoles.

2. TEOLOGÍA DEL REMANENTE ESCOGIDO

El remanente elegido de entre los judíos es ahora el núcleo de la Iglesia cristiana. Ese remanente elegido de judíos en la Iglesia es el cumplimiento de las promesas de Dios a Israel en el presente.

A ese remanente se refiere la inclusión de los gentiles por la fe en Cristo.

La Iglesia es, y tiene que ser, el Nuevo Israel. En parte, debido a este remanente elegido, toda la Iglesia es simiente de Abraham.

No es que la Iglesia tome el lugar de Israel, sino que un renovado Israel de Dios está siendo formado mediante la conformación de la Iglesia en el Nuevo Pacto.

Todo por medio del fundamento que es Cristo Jesús y la fe en Él.

Cristo es el centro y cumplimiento de todas las profecías: «porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios» (2 Cor. 1:20), y también: «Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo» (Gál. 3:16).

Como Mesías de los judíos, Cristo es quien edificaría Su Iglesia. Entonces, la Iglesia cristiana es la Iglesia del Mesías.

Él es la verdadera simiente de Abraham y todos los que estén unidos a Él son también simiente de Abraham y herederos según la promesa (Gál. 3:29).

La obra de Cristo forma un nuevo Israel unido por la fe a Él. Pablo lo explica bien:

«Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación ... para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, … Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo...» (Efe. 2:14-15,19-22).

No se trata de volver al antiguo Israel del Antiguo Testamento, sino del nuevo Israel que surge del remanente judío fiel, con un Mesías judío, el Cristo, al que se unen los gentiles por medio de la fe, y quien todos han sido circuncidados en el corazón con la circuncisión de Cristo (no hecha por mano).

La Iglesia es la meta a la que el remanente fiel de Israel ha sido llamado y el cual se cumplió con la venida de Jesucristo y la proclamación del reino de Cristo con su expresión visible en la iglesia cristiana del Nuevo Pacto.

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