El Incidente de Hiroshima y Nagasaki - Las Noticias Sensacionalistas

¿El Fin del Mundo en el año 1945 por el incidente en Japón?



El 6 y 9 de agosto de 1945, las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas por dos bombas nucleares lanzadas por Estados Unidos. En un instante, cientos de miles de vidas fueron destruidas; la tierra se convirtió en un horno ardiente, y la humanidad quedó atónita ante la magnitud del horror desatado por sus propias manos. Muchos, sobrecogidos por la devastación, creyeron ver en esos eventos el cumplimiento de las profecías bíblicas: “¡He aquí, el fin del mundo ha comenzado!” exclamaban algunos. Otros más sensacionalistas afirmaban que esa era la antesala de la batalla del Armagedón, del “inminente” reinado del Anticristo y del supuesto rapto secreto de la iglesia.

Mateo 24:6-7 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

Pero, han pasado 80 años, y las profecías futuristas fallaron otra vez. Los que aseguraban que Cristo regresaría en 1948, o en 1988, o en el 2000, ahora han cambiado las fechas, los mapas y los “eventos claves”. Como siempre, cuando su reloj escatológico falla, lo reinician. Como vendedores de humo, anuncian el fin del mundo cada década, lucrando con el temor y la ignorancia.

¿Y de dónde surgió tanta confusión? En gran parte, del sistema teológico dispensacionalista, cimentado en la Biblia de Referencia de Scofield, publicada en 1909. Esta obra, que introdujo notas y comentarios al texto bíblico, contaminó la interpretación de generaciones enteras, separando artificialmente a Israel y la Iglesia, desplazando las promesas del Reino de Dios hacia un futuro incierto y negando su cumplimiento histórico en Cristo. Scofield popularizó la idea de un “rapto secreto”, una “gran tribulación mundial”, entre otras herejías, despreciando así las palabras claras del Señor Jesús: “De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mateo 24:34).

Scofield no fue un apóstol, ni un profeta, ni un maestro inspirado. Fue un abogado desacreditado, con un pasado dudoso, que se alió con intereses teológicos y políticos para insertar una doctrina ajena al cristianismo bíblico. Sus notas fueron tratadas por muchos como si fuesen parte de las Escrituras. Y así, la falsa esperanza futurista sustituyó a la esperanza cumplida del evangelio; el Reino inaugurado, la consumación del juicio sobre el Israel apóstata en el año 70 d.C., y la entronización de Cristo como Rey de reyes.

El error es trágico, porque mientras millones esperan cada cierto tiempo y con cada evento catastrófico “el fin del mundo”, ignoran que el juicio anunciado por los profetas y por Cristo ocurrió cuando Jerusalén fue rodeada de ejércitos, destruida, y el Templo reducido a escombros, tal como el Señor Jesús lo advirtió. La destrucción de Hiroshima y Nagasaki no fue una señal profética, sino una prueba de cuán bajo puede caer la humanidad cuando desprecia el mensaje del evangelio.

El Reino vino con Cristo, fue consumado en su generación, y permanece eternamente. Lo demás es sensacionalismo disfrazado de profecía. Debemos denunciar el engaño, desechar las doctrinas de hombres como Scofield, y volver al testimonio fiel de las Escrituras.

Defensores de la Doctrina Bíblica Reformada (DDBR)

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