ESTUDIO BÍBLICO HERMENÉUTICO GRIEGO SOBRE JUAN 3:16
ESTUDIO BÍBLICO EXEGETICO GRIEGO SOBRE JUAN 3:16
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Κατὰ Ἰωάννην 3:16 ουτως γαρ ηγαπησεν ο θεος τον κοσμον ωστε τον υιον αυτου τον μονογενη εδωκεν ινα πας ο πιστευων εις αυτον μη αποληται αλλ εχη ζωην αιωνιον. (Textus Receptus Griego - Beza 1598)
Quizás el arma más grande que los arminianos intentan usar en su arsenal contra los calvinistas es Juan 3:16, especialmente la palabra "cualquiera" cuando se combina con la palabra "mundo". Pero cuando miramos un poco más de cerca el pasaje descubrimos que deben leer en él algunas suposiciones que simplemente no existen. Vamos a ver.
La palabra "cualquiera" en Juan 3:16 se traduce de la frase griega "πᾶς ὁ πιστεύων" (pas ho pisteuōn). Analicemos esto:
πᾶς (pas): Este es un pronombre comúnmente traducido como "todos" o "todos". A menudo implica la idea de totalidad o completitud.
ὁ (ho): Este es el artículo definido en griego, a menudo traducido como "el". Se utiliza aquí para especificar o definir el grupo al que se hace referencia.
πιστεύων (pisteuōn): Esta es la forma participio presente del verbo "πιστεύω" (pisteuō), que significa "creer" o "tener fe". En la forma de participio, funciona como un adjetivo verbal y puede traducirse como "creer".
Cuando se combinan, "πᾶς ὁ πιστεύων" se puede traducir literalmente como "todos los creyentes" o "todos los que creen". Esta frase no dice indiscriminadamente "todos" sino que se refiere específicamente a todo el grupo de los que son creyentes o que tienen fe.
Armonía entre Soberanía Divina y Responsabilidad Humana
La narrativa de Juan 3 integra armoniosamente la soberanía divina en la salvación con la responsabilidad humana. Si bien exige creer en Cristo, simultáneamente reconoce la necesidad de la acción divina (nacer del Espíritu) para que esta creencia se materialice.
La perspectiva reformada interpreta Juan 3:16 en armonía con todo el consejo de las Escrituras, reconociendo tanto la oferta genuina de salvación para todos como la obra soberana de Dios para superar la resistencia humana y atraer eficazmente a los elegidos a Cristo.
Una lectura cuidadosa y contextualizada de Juan 3 revela que si bien la salvación se ofrece universalmente, la condición humana natural es de resistencia a la verdad. La necesidad de nacer del Espíritu, un acto soberano de Dios, es primordial para creer. Esta comprensión preserva la integridad de la elección divina, reconociendo que si bien el llamado a creer es universal, la capacidad de responder positivamente a ese llamado es resultado de la obra regeneradora del Espíritu Santo, alineándose perfectamente con las doctrinas de la gracia.
Heinor López
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