LA BASE BÍBLICA DEL BAUTISMO DE INFANTES - LOUIS BEKHOF

 LA BASE BÍBLICA DEL BAUTISMO DE INFANTES: Manual de Doctrina Reformada por Louis Berkhof



La Escritura no ordena explícitamente que se bautice a niños, ni tampoco describe claramente ocasiones donde niños fueron bautizados. Sin embargo, esto no significa necesariamente que el bautismo de niños no sea bíblico. Para demostrar que el bautismo de niños es bíblico veamos lo siguiente: 

1) El pacto hecho con Abraham fue principalmente un pacto espiritual, aunque también tenía un aspecto nacional, y la circuncisión fue la señal y el sello de este pacto espiritual. La naturaleza espiritual del pacto queda demostrada por la interpretación que el Nuevo Testamento ofrece de sus promesas (Ro. 4:16-18; 2 Co. 6:16-18; Gá. 3:8, 9, 14, 16; Heb. 8:10; 11:9, 10, 13), y por el significado espiritual que se le atribuye a la circuncisión (Dt. 10:16; 30:6; Jer. 4:4; 9:25, 26; Hch. 15:1; Ro. 2:26-29; 4:11; Fil. 3:2; Gá. 3:8).

2) Este pacto está aún vigente y es básicamente el mismo que el «nuevo pacto» de la era actual. Pablo argumenta en Romanos 4:13-18 y Gálatas 3:15-18 que el pacto no fue cambiado ni abolido cuando la ley fue dada, que Cristo y aquellos que son de Cristo constituyen la descendencia a la que se aplica la promesa, y que por eso los creyentes del Nuevo Testamento son herederos según la promesa. Además, el autor de Hebreos habla del pacto como algo inmutable (Heb. 6:13-18).

3) Los niños participaron de las bendiciones del pacto; por esta razón, recibieron la señal y el sello de la circuncisión. Los niños estaban presentes cada vez que el pacto era renovado (Dt. 29:10-13; Jos. 8:35; 2 Cr. 20:13) y fueron reconocidos como parte de la congregación de Israel (2 Cr. 20:13; Jl. 2:16). Además, tomando en cuenta las abundantes promesas del Antiguo Testamento (Is. 54:13; Jer. 31:34; Jl. 2:28) es inconcebible que hubieran sido excluidos en el Nuevo Testamento.

4) En el Nuevo Testamento el bautismo reemplaza a la circuncisión como la señal y el sello de entrada al pacto de gracia. La circuncisión fue abrogada (Hch. 15:1, 2; 21:21; Gá. 2:3-5; 5:2-6; 6:12, 13, 15), y si el bautismo no reemplazó a la circuncisión, entonces la iglesia cristiana aún no tiene un rito de iniciación. Pero la Escritura demuestra claramente que Cristo lo instituyó (Mt. 28:19, 20; Mr. 16:15, 16). Posee el mismo significado espiritual que la circuncisión, es decir, la extirpación del pecado (Hch. 2:38; 1 P. 3:21; Tit. 3:5). Además, está directamente relacionado con la promesa de Hechos 2:39. Finalmente, Colosenses 2:11,12 da por sentado que el bautismo ha reemplazado a la circuncisión. Para que los niños sean excluidos de la promesa del Nuevo Testamento, se necesitaría una declaración irrefutable; sin embargo, ocurre todo lo contrario (Hch. 2:39; Mt. 19:14; 1 Co. 7:14).

5) Existen razones para creer que incluso en la era apostólica, se bautizaban a padres y a niños. La forma en que el Nuevo Testamento se expresa, mantiene una consistencia correcta con la situación que existía en el Antiguo Testamento, en cuanto a la participación de niños se refiere (Mt. 19:14; Hch. 2:39; 1 Co. 7:14). Varias veces se menciona como algo habitual el bautismo de familias (Hch. 16:15; 1 Co. 1:16). Es, pues, lógico y natural suponer que en algunas de estas familias habían niños. Sabemos también que en el siglo segundo la iglesia bautizaba a niños.

6) Es cierto que no existe ningún mandato explícito de bautizar a niños, ni ningún ejemplo claro del bautismo de niños en el Nuevo Testamento; pero tampoco existe prueba alguna que justifique la costumbre de los bautistas. La Biblia no enseña en ninguna parte, ya sea por escrito o por medio de ejemplos, que no se puede bautizar a niños nacidos y criados en hogares cristianos hasta que hayan alcanzado cierta madurez y hayan profesado su fe en Cristo.

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