La similitud entre el Antiguo y nuevo Testamento por Juan Calvino - Cristiano Reformado

 La similitud entre el Antiguo y nuevo Testamento por Juan Calvino - Presbiterianismo Reformado

El grupo "Presbiterianismo Reformado" tiene como objetivo "Promover y estimular la comprensión teológica, bajo el alero del desarrollo histórico de la denominada Teologia del Pacto. La cual provee la visión hermenéutica que ha permitido la progresión de la Doctrina Reformada Histórica Calvinista". Por tanto se suministrarán herramientas digitales para poder cumplir este objetivo.

Juan 5:39-40 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Romanos 1:1-5 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre.

Agustín de Hipona expresó bien la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: «El Nuevo está escondido en el Antiguo; El Antiguo está revelado en el Nuevo».

Del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento no es contrario al Nuevo; puesto que en ambos, Antiguo y Nuevo, se ofrece vida eterna al género humano por Cristo, que es el solo Mediador entre Dios y el hombre, siendo Él, Dios y Hombre. Por lo cual no deben escucharse los que se imaginan que los antiguos Patriarcas solamente tenían su esperanza puesta en promesas temporales. Aunque la Ley de Dios dada por medio de Moisés, en lo tocante a Ceremonias y Ritos no obliga a los Cristianos, ni deben necesariamente recibirse sus preceptos Civiles en ningún Estado, no obstante, no hay Cristiano alguno que esté exento de la obediencia a los Mandamientos que se llaman Morales. (Los 39 Artículos Religiosos, Articulos 7)

¿Qué es la Palabra de Dios? Las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, la única regla de fe y obediencia. (Catecismo Mayor de Westminster, Pregunta y Respuesta 3)

La necesidad del Evangelio. Lo que, en este caso, ni la luz de la naturaleza ni la Ley pueden hacer, lo hace Dios por el poder del Espíritu Santo y por la Palabra o el Ministerio de la Reconciliación, que es el Evangelio del Mesías, por cuyo medio plugo a Dios salvar a los hombres creyentes tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. (Los Cánones de Dort, Capitulo 3 y 4, Artículos 6)

Por qué razón el Evangelio es enviado a unos y no a otros Este misterio de su voluntad se lo descubrió Dios a pocos en el Antiguo Testamento; pero en el Nuevo Testamento (una vez derribada la diferencia de los pueblos), se lo reveló a más hombres. La causa de estas diferentes distinciones no se debe basar en la dignidad de un pueblo sobre otro, o en el mejor uso de la luz de la naturaleza, sino en la libre complacencia y en el gratuito amor de Dios; razón por la que aquellos en quienes sin y aun en contra de todo merecimiento, se hace gracia tan grande, deben también reconocerla con un corazón humilde y agradecido, y con el Apóstol adorar la severidad y la justicia de los juicios de Dios en aquellos en quienes no se realiza esta gracia, y de ninguna manera investigarlos curiosamente. (Los Cánones de Dort, Capitulo 3 y 4, Artículos 7)

Creemos que las ceremonias y figuras de la Ley han terminado con la venida de Cristo, y que todas las sombras han llegado a su fin; de tal modo, que el uso de las mismas debe ser abolido entre los cristianos; no obstante, nos queda la verdad y la substancia de ellas en Cristo Jesús, en quien tienen su cumplimiento. Entretanto, usamos aún sus testimonios, tomados de la Ley y de los profetas, para confirmarnos en el Evangelio, y también para regular nuestra vida en toda honestidad, para honor de Dios, según su voluntad. (La Confesión Belga, Articulo 25)

¿De dónde sabes todo esto? R. Del santo evangelio, del cual Dios reveló primeramente en el paraíso, y después lo anunció por los santos patriarcas y profetas, y lo hizo representar por los sacrificios y las demás ceremonias de la Ley: y al fin lo cumplió por su Hijo unigénito. (Catecismo de Heidelberg, Pregunta y Respuesta 19)

Los escritos Canónicos. Creemos y confesamos que los libros canónicos de los santos profetas y apóstoles en ambos Testamentos son la verdadera Palabra de Dios que poseen fuerza y fundamento suficientes sin necesidad de ser confirmados por los hombres. Pues Dios mismo ha hablado a los padres, profetas y apóstoles y prosigue hablándonos a nosotros por las Sagradas Escrituras. (La Segunda Confesión Helvética, Articulo 1)

Falsas doctrinas. Por consiguiente, condenamos todas las falsas doctrinas de Artemón, los maniqueos, los valentínianos y las de Cerdon y los arcionitas, quienes han negado que las Sagradas Escrituras sean obra del Espíritu Santo o no han reconocido parte de ellas o se han permitido escribir en ellas intercalaciones y realizar mutilaciones. (La Segunda Confesión Helvética, Articulo 1)

Bajo el Evangelio, cuando Cristo, la sustancia, fue manifestado, las ordenanzas por las que este pacto se administra son: la predicación de la Palabra, la administración de los sacramentos del bautismo y la cena del Señor; y aun cuando son menos en número y están administradas con más sencillez y menos gloria exterior, sin embargo, en ellas el pacto se muestra a todas las naciones, así a los judíos como a los gentiles, con más plenitud, evidencia y eficacia espiritual, y se llama el Nuevo Testamento. Con todo, no hay dos pactos de gracia diferentes en sustancia, sino uno y el mismo bajo diversas dispensaciones. (Confesión de fe Westminster, Capitulo 7, Párrafo 6)



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