Enseñanza Bíblica: Relación entre Doxología y Teología
Relación entre Doxología y Teología
En el creyente hay tres áreas importantes que deben existir en su diario vivir. Sin una de ellas, la vida cristiana resulta infructuosa. Estas son: la ortodoxia, la ortopraxis y la ortopatía.
Cuando se aparta de la Doctrina Bíblica y Sana Teología (ortodoxia), cuando no tiene sano equilibrio entre ortodoxia (Doctrina Bíblica y Teología), ortopraxis (Buena relaciones con el prójimo y buena voluntad) y ortopatia (emociones sana como Dios quiere) termina creado una iglesia emergente y rechazado la verdad de Dios y haciendo pasar la mentira de Diablo como verdad de Dios y acepta cualquier nueva revelaciones, falsa esperanza o palabras bonitas que le gusta oír de parte de los lobos disfrazado de oveja por emociones sin escudriñar y se enoja por escucha la verdad de Dios, y termina teniendo malas relaciones con el prójimo y se convierte autoritario con la ovejas. (Un Párrafo escrito Anonimo)
La ortodoxia puede traducirse como la correcta o la sana doctrina; la ortopraxis como la correcta práctica de la sana doctrina, y la ortopatía como los afectos correctos que te llevan a actuar y creer de manera correcta de una forma genuina.
Lamentablemente, la gran mayoría se enfoca en una sola área y termina siendo un "cristianismo" que podría llamarse todo, menos genuinamente cristianismo.
En algunos círculos la enseñanza bíblica es dejada a un lado como si fuera algo de importancia secundaria, y se da mayor realce a las experiencias personales o a la moda en curso, en lugar de a la Palabra de Dios. Se ha malinterpretado que el conocimiento solo hace arrogante a las personas, pero lo cierto es que algo real en un cristiano verdadero es el anhelo de conocer a Dios y su voluntad, de conocer sus atributos, su carácter, su actuar; de conocer su voluntad por medio de las Escrituras.
Ciertamente, un mero conocimiento sin hacerlo práctico resulta solo en "metal que resuena y címbalo que retiñe", y termina creando fariseos modernos, aquellos conocedores de la ley, pero que no practican lo que profesan creer. Sepulcros blanqueados.
Sin embargo, es imposible hacer la voluntad de Dios manifiesta en las Escrituras sin siquiera conocerla, tampoco es posible amar a Dios sin conocer quién es Él tal y como se reveló a sí mismo por medio de la biblia.Tampoco nuestra mente y afectos pueden ser transformados sin el poder de la Palabra, que renueva nuestro entendimiento.
En otros círculos religiosos se le da solo el énfasis en el conocimiento, sin recordar que una fe verdadera se convierte en práctica. Es imposible que el conocimiento del Dios verdadero no cambie nuestros corazones y de esa manera, afectando cada área de nuestras vidas.
Una fe sin fruto, es inexistente, o como diría el apóstol Santiago "una fe sin obras es muerta en si misma". Podemos recitar y conocer las Escrituras, podemos memorizar la verdades del evangelio, pero si solo termina como un mero ejercicio intelectual, la real vida en Cristo está ausente.
No podemos decir amar a Dios, recitar sus atributos de bondad, de misericordia, de amor, y cerrar nuestros corazones hacia quien padece necesidad. No podemos pronunciar a profundidad la doctrina de la soberanía de Dios y sin embargo tomar nuestras decisiones y hacer todo como si Dios no existiera. No podemos decir que amamos y servimos a Dios si no hacemos lo que él nos manda.
Una "vida" sin fruto muestra muerte; un árbol sin fruto o que da frutos malos no indica un buen árbol.
Por otro lado, podemos incluso hacer visiblemente lo que es requerido, visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, podemos dar nuestros bienes a los pobres, podemos compartir incluso el evangelio, y sin embargo hacer todo por la motivación equivocada.
Un fruto genuino es más que una mera obra: es una obra movida por el fruto del Espíritu, proviene de un corazón que ama a Dios y refleja Su carácter.
Si no es el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y el dominio propio lo que lo produce, solo resulta ser basura, una justicia como trapo de inmundicia.
Ninguna de las áreas pueden separarse del resto en un creyente verdadero. Los afectos del corazón provienen de la obra soberana y maravillosa de Dios en el corazón humano, haciendo la obra de regeneración, y mediante la obra de santificación, transformando cada día el corazón del creyente más a Su semejanza, amando lo que Él ama, deseando lo que Él desea, aborreciendo lo que Él aborrece.
Sin esos afectos nuestras obras son solo hipocresía y nuestro conocimiento se convierte solo en soberbia.
Examínese a si mismos si están en la fe:
¿Qué tal está tu corazón? ¿Ama lo que Dios ama?
¿Qué tan práctica es tu fe?
¿Qué tanto conoces y anhelas conocer a Dios?
"Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha."
1 Corintios 13:1-3.
"Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto."
Romanos 12:1-2.
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley."
Gálatas 5:22-23.
Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Romanos 1:25
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Isaías 8:20
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 2ª Timoteo 4:2-4
23. Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 1ª Tesalonicenses 5:23-24
Escrito por la página de un cristiano Dice
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