Testimonio e Historia de la Doctrina de la Trinidad

 Historia de la Doctrina de la Trinidad

Testimonio e Historia de la Doctrina de la Trinidad desde los tiempos bíblicos, en los tiempos de los Padres de la Iglesia antes y después del Concilio de Nicea.


- En los Tiempos Bíblicos se Confirma la doctrina de la Trinidad

- En los Tiempos de los Padres de la Iglesia

- Antes y después del Concilio de Nicea

1- Testimonios en la historia bíblica que habla a favor de la doctrina de la trinidad en Antiguo y Nuevo Testamento.

- La Doctrina de la Trinidad en el Antiguo Testamento

Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. (Principio de la Creación)

Génesis 3:22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. (La Caída del Hombre)

Génesis 11:6-7 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. (Torre de Babel)

Génesis 18:1-3 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. (Teofanía de Mamre – la destrucción del Sodoma y Gomorra)

Génesis 18:16-22 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. (Teofanía de Mamre – la destrucción del Sodoma y Gomorra)

Génesis 19:1-2,24 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos. (Teofanía de Mamre – la destrucción del Sodoma y Gomorra)

Comentario sobre Génesis 18:16-22; 19:1-2,24: Es también evidente en los textos en que Dios habla de sí mismo como si estuviera refiriéndose a otra persona. “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos” (Gn. 19:24). Uno de los tres ángeles que hablaron con Abraham era Jehová, el Hijo de Dios. El que había aparecido en la tierra, había causado esta lluvia del Señor celestial. Tanto el que convocó esta lluvia, como el que hizo llover, se conocen como Jehová. Dado que Dios es uno en su esencia, la referencia no puede ser de dos Seres diferentes, sino más bien del Hijo y el Padre, siendo la Segunda y la Primera Persona de la Deidad porque es el Padre que obra a través del Hijo y el Hijo obra en nombre de su Padre (Jn. 5:19). (Wilhelmus á Brakel 1635-1711)

Numero 6:24-26 Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.

Deuteronomio 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

Eclesiastés 12:1 Acuérdate de tu Creador (Creadores) en los días de tu juventud.

Isaías 6:3,8 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Isaías 40:3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Malaquías 3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.

- La Doctrina de la Trinidad en el Nuevo Testamento

Mateo 3:3 Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.

Mateo 3:13-17 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Mateo 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Juan 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Juan 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

1 Corintios 8:5-6 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

2 Corintios 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

Efesios 4:3-6 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

1 Juan 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

2- Los testimonios de los Cristianos Antiguos del Siglo I – VI, Antes del Concilio de Nicea, habla a favor de la doctrina de la trinidad y confirma la aparición de la formula trinitaria en Mateo 28:19 desde Siglo I – III.

- Didaché, Siglo I: “Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva” (Didaché del Siglo I, VII,1)

- Policarpo, 155 - 177 d.C.: “A Él [Jesucristo] sea la gloria con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.” (Martirio de Policarpo 155 - 177 d.C., XXII,3)

- Ignacio de Antioquía, 68-100/107 d.C: “Ignacio, por sobrenombre Portador de Dios: A la bendecida en grandeza de Dios con plenitud: a la predestinada desde antes de los siglos a servir por siempre para gloria duradera e inconmovible, gloria unida y escogida por gracia de la pasión verdadera y por voluntad de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Dios; a la Iglesia digna de toda bienaventuranza, que está en Éfeso de Asia, mi saludo cordialísimo en Jesucristo y en la alegría sin mácula.” (Ignacio, Carta a los Efesios I)

- Ignacio de Antioquía, 68-100/107 d.C: “Un médico hay, sin embargo, que es carnal a par que espiritual, engendrado y no engendrado, en la carne hecho Dios, hijo de María e hijo de Dios, primero pasible y luego impasible, Jesucristo nuestro Señor.” (Ignacio, Carta a los Efesios VII,2)

- Ignacio de Antioquía, 68-100/107 d.C: “La verdad es que nuestro Dios Jesús, el Ungido, fue llevado por María en su seno conforme a la dispensación de Dios; del linaje, cierto, de David; por obra, empero, del Espíritu Santo. El cual nació y fue bautizado, a fin de purificar el agua con su pasión.” (Carta a los Efesios XVIII,2)

- Ignacio de Antioquía, 68-100/107 d.C: “Ignacio, por sobrenombre Portador de Dios: A la Iglesia que alcanzó misericordia en la magnificencia del Padre altísimo y de Jesucristo su único Hijo: la que es amada y está iluminada por voluntad de Aquel que ha querido todas las cosas que existen, según la fe y la caridad de Jesucristo Dios nuestro.” (Ignacio, Carta a los Romanos, I)

- Apología de Arístides, Siglo II: “Esté tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza de Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos lugares predicando la doctrina de la verdad, pues conocen al Dios creador y artífice del universo en su Hijo Unigénito y en el Espíritu Santo, y no adoran a ningún otro Dios fuera de éste.” (Arístides, Apología XV,2)

- Atenágoras de Atenas, 177 d.C: “Y si por la eminencia de vuestra inteligencia se os ocurre preguntar qué quiere decir “hijo,” lo diré brevemente: El Hijo es el primer brote del Padre, no como hecho, puesto que desde el principio, Dios, que es inteligencia eterna, tenía en sí mismo al Verbo, siendo eternamente racional, sino como procediendo de Dios, cuando todas las cosas materiales eran naturaleza informe y tierra inerte y estaban mezcladas las más gruesas con las más ligeras para ser sobre ellas idea y operación.” (Atenágoras de Atenas – 177 d.C, Súplica en favor de los cristianos, 10)

- Atenágoras de Atenas, 177 d.C: “Así, pues, suficientemente queda demostrado que no somos ateos, pues admitimos a un solo Dios increado y eterno e invisible, impasible, incomprensible e inmenso, sólo por la inteligencia a la razón comprensible… ¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a quienes admiten a un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que muestran su potencia en la unidad y su distinción en el orden?” (Atenágoras de Atenas - 177 d.C, Súplica en favor de los cristianos, 10)

- Ireneo de Lyon, 180 d.C.: El Espíritu, pues, descendió según la Economía. Y el Hijo Unigénito de Dios, que es el Verbo del Padre, una vez llegada la plenitud del tiempo, se encarnó en un hombre por el hombre y cumplió toda la Economía según su humanidad… Ireneo (180 d.C.)

- Ireneo de Lyon, 180 d.C.: Pues siempre le están presentes el Verbo y la Sabiduría, el Hijo y el Espíritu, por medio de los cuales y en los cuales libre y espontáneamente hace todas las cosas, a los cuales habla diciendo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Gén 1,26): toma de sí mismo la substancia de las creaturas, el modelo de las cosas hechas y la forma del ornamento del mundo. Ireneo (180 d.C.)

- Ireneo de Lyon, 180 d.C.: Por eso, como a niños, aquel que era el pan perfecto del Padre se nos dio a sí mismo como leche, cuando vino a nosotros como un hombre; a fin de que, nutriendo nuestra carne como de su pecho, mediante esa lactancia nos acostumbráramos a comer y beber al Verbo de Dios, hasta que fuésemos capaces de recibir dentro de nosotros el Pan de la inmortalidad, que es el Espíritu del Padre. Ireneo (180 d.C.)

- Ireneo de Lyon, 180 d.C.: Los Presbíteros discípulos de los Apóstoles enseñan que este será el orden y providencia para los que se salvan, así como cuáles son los peldaños por los cuales se asciende: por el Espíritu subimos al Hijo y por éste al Padre, y el Hijo al final entregará su obra al Padre… Ireneo (180 d.C.)

- Ireneo de Lyon, 180 d.C.: He aquí la Regla de nuestra fe, el fundamento del edificio y la base de nuestra conducta: Dios Padre, increado, ilimitado, invisible, único Dios, creador del universo. Éste es el primer y principal artículo. El segundo es: el Verbo de Dios, Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Señor, que se ha aparecido a los profetas según el designio de su profecía y según la economía dispuesta por el Padre; por medio de Él ha sido creado el universo. Además al fin de los tiempos para recapitular todas las cosas se hizo hombre entre los hombres, visible y tangible, para destruir la muerte, para manifestar la vida y restablecer la comunión entre Dios y el hombre. Y como tercer artículo: el Espíritu Santo por cuyo poder los profetas han profetizado y los padres han sido instruidos en lo que concierne a Dios, y los justos han sido guiados por el camino de la justicia, y que al fin de los tiempos ha sido difundido de un modo nuevo sobre la humanidad, por toda la tierra, renovando al hombre para Dios. Ireneo (180 d.C.)

- Clemente de Roma, 30-100 d.C.: ¿No tenemos un solo Dios y un Cristo y un Espíritu de gracia que fue derramado sobre nosotros? Clemente de Roma (30-100 d.C.)

- Clemente de Roma, 30-100 d.C.: Porque tal como Dios vive, y vive el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo, que son la fe y la esperanza de los elegidos Clemente de Roma (30-100 d.C.)

- Teófilo de Antioquia, 180 d.C.: “Los tres días que preceden a la creación de los luminares son símbolo de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría.” (Teófilo de Antioquia – 180 d.C., Ad Autolycum, II,15)

- Teófilo de Antioquia, 180 d.C.: “Teniendo, pues, Dios a su Verbo inmanente en sus propias entrañas, le engendró con su propia sabiduría, emitiéndole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo El por ministro de su creación y por su medio hizo todas las cosas…Este se llama principio, pues es Príncipe y Señor de todas las cosas por El fabricadas.” (Teófilo de Antioquia – 180 d.C., Ad Autolycum, II,10)

- Tertuliano 160 d.C – 220 d.C.: “Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo.” (Tertuliano 160 d.C – 220 d.C., Sobre la modestia, 21)

- Tertuliano 160 d.C – 220 d.C.: “Sin embargo, como hemos hecho de hecho siempre (y más especialmente desde que hemos sido mejor instruidos por el paráclito, que conduce a los hombre hacia toda la verdad), creemos que hay un solo Dios, pero bajo la siguiente dispensación, o οἰκονομία, como es llamado, que este único Dios tiene también un Hijo, Su Palabra, que procede de Él mismo, por quien todas las cosas fueron hechas, y sin el cual nada fue hecho. Creemos que Él ha sido enviado por el Padre a la Virgen, y ha nacido de ella – siendo Dios y Hombre, el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios, y ha sido llamado Jesucristo; creemos que ha sufrido, muerto, herido, de acuerdo a las Escrituras, y, después ha resucitado por el Padre y llevado al cielo, para sentarse a la derecha del Padre, y él vendrá a juzgar a vivos y muertos, quien envió también desde el cielo del Padre, de acuerdo con su promesa, al Espíritu Santo, el Paráclito, el santificador de la fe de aquellos que creen en el Padre, y en el Hijo y en el Espíritu Santo. Esta es la regla de fe que ha venido hasta nosotros desde el principio del evangelio, incluso antes de todas las viejas herejías” (Tertuliano 160 d.C – 220 d.C., Contra Práxeas, 2)

- Justino Mártir, 100 D.C. – 165 d.C: “Os voy a presentar, Oh amigos – dije – otro testimonio de las Escrituras sobre que Dios engendró principio antes de todas las criaturas, cierta potencia racional de sí mismo, la cual es llamada también por el Espíritu Santo Gloria del Señor, y unas veces Hijo, otras Sabiduría; ora Ángel, ora Dios, ya Señor, ya Palabra, y ella misma se llama a sí misma Capitán General, cuando se aparece en forma de hombre a Josué, hijo de Navé. Y es así que todas esas denominaciones le vienen de estar al servicio de la voluntad del Padre y de haber sido engendrada por querer del Padre…Mas será la palabra de la sabiduría la que me prestará su testimonio, por ser ella ese mismo Dios engendrado del Padre del universo, que subsiste como palabra y sabiduría y poder y gloria del que le engendró… Eso mismo, amigos, expresó la palabra de Dios por boca de Moisés al indicarnos que el Dios que nos manifestó, habló en ese mismo sentido en la creación del hombre, al decir estas palabras: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza….Y porque no torzáis las palabras citadas y digáis lo que dicen vuestros maestros, que Dios se dirigió a sí mismo al decir “hagamos”, del mismo modo que nosotros, cuando vamos a hacer algo decimos : hagamos” o que habló con los elementos, es decir, con la tierra y demás de que sabemos se compone el hombre, y a ellos dijo el “hagamos”; os voy a citar ahora otras palabras del mismo Moisés, por las cuales, sin discusión posible, tenemos que reconocer que conversó Dios con alguien que era numéricamente distinto y juntamente racional. Helas aquí: Y dijo Dios: He aquí que Adán se ha hecho como uno de nosotros para conocer el bien y el mal. Luego, al decir “como uno de nosotros”, indica el número de los que entre sí conversan, y que por lo menos son dos. Porque no puedo yo tener por verdadero lo que dogmatiza la que entre vosotros se llama herejía ni los maestros de ellas son capaces de demostrar que habla Dios con los ángeles o que el cuerpo humano es obra de ángeles. Sino que este brote, emitido realmente del Padre, estaba con El antes de todas las criaturas y con ése conversa el Padre, como nos lo manifestó la Palabra por boca de Salomón, al decirnos que antes de todas las criaturas fue por Dios engendrado como principio y progenie este mismo que por Salomón es llamado sabiduría.” (Justino, Diálogo con Trifón, 61-62)

- Justino Mártir, 100 D.C. – 165 d.C: “Y luego demostraremos que con razón honramos también a Jesucristo, que ha sido nuestro maestro en estas cosas y que para ello nació, el mismo que fue crucificado bajo Poncio Pilato, procurador que fue de Judea en tiempo de Tiberio César, que hemos aprendido ser el Hijo del mismo verdadero Dios y a quien tenemos en segundo lugar, así como al Espíritu profético tenemos en el tercero”. (Justino, Apología I,13,3)

- Justino Mártir, 100 D.C. – 165 d.C: “Porque los que dicen que el Hijo es el Padre, dan prueba de que ni saben quien es el Padre ni se han enterado de que el Padre del universo tiene un Hijo, que siendo Verbo y Primogénito de Dios, es también Dios. Este fue quien primeramente apareció a Moisés y a los otros profetas en la forma de fuego o por imagen incorpórea, y que ahora, en los tiempos de vuestro imperio, …, nació hombre de una virgen….Ahora, lo que desde la zarza se le dijo a Moisés: Yo soy el que es, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, significaba que, aún después de muertos, aquellos hombres seguían siendo de Cristo mismo” (Justino, Apología I, 63,15) 210 d.C. – 258 d.C.

- Cipriano de Cartago, 210 d.C. – 258 d.C: “Si alguien pudiera ser bautizado por los herejes, él podría ciertamente recibir también el perdón de sus pecados. Si él hubiere recibido el perdón de los pecados, él podría ser santificado. Si él fuera santificado, él podría ser hecho un templo de Dios. Si él fuera hecho templo de Dios – ahora yo te pregunto: ¿De que Dios? ¿Del Creador? Pero eso no es posible, porque él no cree en El. ¿De Cristo?. Quien niegue que Cristo sea Dios no puede llegar a ser su templo. ¿Del Espíritu Santo?. Desde que Tres son Uno, ¿Cómo fuera posible para el Santo Espíritu ser reconciliado con él que es un enemigo del Hijo o del Padre?” (Cipriano de Cartago, Carta 73,12)

- Cipriano de Cartago, 210 d.C. – 258 d.C: “Después de la resurrección, cuando el Señor envió los apóstoles a las naciones, Él les ordenó bautizar a los gentiles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Cristo mismo ordenó que las naciones sean bautizadas en la completa y unida Trinidad.” (Cipriano de Cartago, Carta 73,18)

3- Los testimonios de los Cristianos Antiguos del Siglo IV – V, Durante y Después del Concilio de Nicea, habla a favor de la doctrina de la trinidad y confirma la aparición de la formula trinitaria en Mateo 28:19 desde Siglo IV – V.

- Atanasio de Alejandría 295 d.C - 373 d.C: Porque el hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios. (Atanasio de Alejandría)

- Atanasio de Alejandría 295 d.C - 373 d.C: Pero aquellos que dicen que el Hijo vino de la nada, o de otra subsistencia y no de Dios; y que hubo un tiempo o edad cuando Él no era, la Iglesia Católica (Iglesia Universal del Cristo, no hacer referencia a la iglesia católica romana sino la Antigua Iglesia Católica Trinitaria) y santa los estima como ajenos. Igualmente, a aquellos que dicen que hay tres Dioses; o que Cristo no es Dios; o que antes de las edades Él no era ni Cristo ni Hijo de Dios; o que Padre e Hijo, o Espíritu Santo, son lo mismo; o que el Hijo no es engendrado; o que el Padre engendró al Hijo no por elección o voluntad; La santa Iglesia Católica (Iglesia Universal del Cristo) anatematiza. (Atanasio de Alejandría)

- Atanasio de Alejandría 295 d.C - 373 d.C: Los impíos, en cambio, al no querer escuchar la voz del Señor y no soportar ver a Cristo, reconocido por todos como Dios e Hijo de Dios - pobres de ellos-, van dando vueltas como los escarabajos junto con su padre, el diablo, buscando excusas para la impiedad. ¿Cuáles va a ser entonces las siguientes excusas y dónde podrán encontrarlas, si no es acaso tomando prestadas las blasfemias de los judíos y de Caifas, y aceptando el ateísmo de los griegos? Ciertamente las Sagradas Escrituras se han cerrado para ellos y los arrianos, que son unos insensatos y que combaten a Cristo, han sido refutados en todo a partir de ellas.

- San Jerónimo 374 d.C – 420 d.C: En primer lugar, enseñan a todas las gentes y después de instruirlas las bautizan con agua. No puede suceder que el cuerpo sea quien reciba el sacramento del bautismo, a no ser que el alma reciba antes la verdad de la fe. Por esto dice: "Bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Porque siendo una misma la divinidad de las Personas, debía ser una misma la gracia que concediesen. La palabra Trinidad significa un solo Dios. (San Jerónimo)

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: Hasta que ya San Agustín, sumido en gran curiosidad se acerca al niño y le pregunta: "Oye, niño, ¿qué haces?" Y el niño le responde: "Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo". Y San Agustín dice: "Pero, eso es imposible". Y el niño responde: "Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo: Tratar de comprender en tu mente pequeña el misterio de la Santísima Trinidad".

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: El Padre es, pues, para el Hijo verdad, origen veraz; el Hijo es la verdad, nacida del Padre veraz; y el Espíritu Santo es la bondad, emanada del Padre bueno y del Hijo bueno... (San Agustín Hipona)

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: "Cuando hayas conseguido los tres panes, es decir, el alimento que es el conocimiento de la Trinidad, tendrás con qué vivir tú y con qué alimentar al otro. No tengas miedo de que venga un peregrino de viaje; al contrario, hazle miembro de tu familia recibiéndole. No temas tampoco que se te acaben las provisiones. Ese pan no se termina; antes bien, terminará él con tu indigencia. Es pan, y es pan, y es pan: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Eterno el Padre, coeterno el Hijo y coeterno el Espíritu Santo. Inmutable el Padre, inmutable el Hijo e inmutable el Espíritu Santo. Creador tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo. Pastor y dador de vida tanto el Padre como el Hijo, como el Espíritu Santo. Alimento y pan eterno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Aprende esto tú y enséñalo. Vive tú de él y alimenta al otro. Dios, que es quien da, no puede darte cosa mejor que a sí mismo. ¡Avaro! ¿Qué otra cosa deseas? Si pides algo más, ¿qué te ha de bastar, si Dios no te basta?". (San Agustín Hipona)

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: "... que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de una misma e idéntica substancia, insinúan, en inseparable igualdad, la unicidad divina, y, en consecuencia, no son tres dioses, sino un solo Dios. Y aunque el Padre engendró un Hijo, el Hijo no es el Padre; y aunque el Hijo es engendrado por el Padre, el Padre no es el Hijo; y el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo, sino el Espíritu del Padre y del Hijo, al Padre y al Hijo coigual y perteneciente a la unidad trina" (San Agustín Hipona)

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: El padre manda que se le ponga el primer vestido, el que había perdido Adán al pecar. Tras haber recibido en paz al hijo y haberlo besado, ordena que se le dé un vestido: la esperanza de la inmortalidad que confiere el bautismo. Manda asimismo que se le ponga anillo, prenda del Espíritu Santo, y calzado para los pies como preparación para el Evangelio de la paz, para que sean hermosos los pies del anunciador del bien" (San Agustín Hipona)

- San Agustín Hipona, 354 d.C – 430 d.C: Señor y Dios mío, en ti creo, Padre, Hijo y Espíritu Santo. No hubieras dicho ésta Verdad: “Id, bautizad a todas las gentes en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo? Si no fueras Trinidad... (San Agustín Hipona)


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