Frase del Arthur W. Pink sobre la Soberanía y el Decreto de Dios, y la Responsabilidad del Hombre.

 Dios es Soberano, el hombre es responsable - Arthur W. Pink

Hechos 2:23-24 a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.




El Decreto y la Soberanía de Dios: a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios.

La Responsabilidad del Hombre Pecador: prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. 

Cumple el Propósito y la Voluntad del Dios: Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. (1 Corintios 2:7-10)

Dios no es el Autor del Mal sino el responsable es el hombre pecador: Santiago 1:13-14.

Ese mismo caso paso con José que fue entregado por sus hermanos a los Egipcios con propósito del hacer el mal al José pero Dios lo cambio que termino cumpliendo el propósito y la voluntad de Dios en ser gobernador del Egipto para salvar a la humanidad de la crisis del hambruna que vivió Egipto y Canaán: Génesis 50: 15-21

Explicación sobre Hechos 2:23-24

- Comentario del La Biblia de Las Américas sobre Hechos 2:23-24

Por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios. La muerte de Jesús no fue un accidente, ni fue asesinado; fue el cumplimiento del plan de Dios (Jn 19:10–11; Hch 4:27–28). No obstante, los impíos que lo condenaron a muerte llevaron sobre sí la responsabilidad de ese acto (Mt 26:24).


- Comentario del R.C. Sproul sobre Hechos 2:23-24

Según el plan definido y la presciencia de Dios. Aunque los hombres malvados, tanto judíos como gentiles (4:27, 28), habían dado muerte a Jesús por su propia voluntad, sus acciones estaban dentro de la determinación soberana de Dios (véase 17:26; 2 Crónicas 25:16; Jer. 21:10; Dan.11: 36). Dios ordenó la muerte de Su Hijo, pero los perpetradores inmediatos cargan con la culpa de haber crucificado a Jesús (3:17, 18; 4:27, 28; 13:27). Dios ordena los medios y los fines de los acontecimientos humanos sin violar la libertad y la responsabilidad humanas. Los judíos no podían pasar su culpa a los romanos; habían pedido a los romanos que crucificaran a Jesús. Pedro enseña que los judíos eran responsables (3:15; 4:10; 5:30; 10:39)

- Comentario del MacArthur sobre Hechos 2:23-24

Por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios. Desde la eternidad (2Ti_1:9; Apo_13:8) Dios predeterminó que Jesús moriría una muerte en expiación como parte de su plan preparado de antemano (Hch_4:27-28; Hch_13:27-29). manos de inicuos, crucificándole. Una acusación contra los “varones israelitas” (v.Hch_2:22), aquellos judíos incrédulos que incitaron la muerte de Jesús, que fue ejecutada por los romanos. El hecho de que la crucifixión haya sido ordenada de antemano por Dios no exime de culpa a quienes la provocaron.

La relación que tiene Mateo 27:15-26 con Hechos 2:23-24

Mateo 27:15-26 está conectado o relacionado con Hechos 2:23-24, que Mateo 27:15-26 habla de cómo el pueblo judío junto con los gentiles en ejecutar el Decreto de Dios decide por elección en salvar y libera a un crimina Barrabás y crucifica a Nuestro Señor Jesucristo en la cruz, y Pilato se lava las manos. Estos dos pasajes bíblicos se observa los Decretos de Dios y Soberanía de Dios y la vez se observa la responsabilidad del hombre pecador en cumplir el propósito de Dios sin saberlo.

Mateo 27:15-26 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!

Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.


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