¿Qué dice la Biblia y Confesiones Reformadas sobre la Declaración Progresistas de Papa?

¿Es bíblico la Declaración Progresistas de Papa?  


He aquí el Anticristo de turno... *También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias...»* (Apocalipsis 13:5)

Confesion Bautista 1689, Capitulo 26, Párrafo 4.

La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el designio del Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el establecimiento, el orden o el gobierno de la Iglesia, está suprema y soberanamente investido.1 No puede el papa de Roma ser cabeza de ella en ningún sentido, sino que él es aquel Anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de perdición, que se ensalzaen la Iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios, a quien el Señor destruirá con el resplandor de su venida.2

1. Col. 1:18; Ef. 4:11-16; l:2~23; 5:23-32; 1 Co. 12:27,28; Jn. 17:1-3; Mt. 28:18-20; Hch. 5:31; Ja. l0:1~16 

2. 2 Ts. 2:2-9


"El papa, con sus mentiras, demuestra ser el hijo más querido del diablo". Henry Greenwood


SEGUNDA CONFESIÓN HELVÉTICA:

ARTÍCULO 17 Sólo Cristo es cabeza de la Iglesia

La cabeza es la parte más importante del cuerpo: El cuerpo vive de ella y por el espíritu de la cabeza es gobernado en todas las cosas, y a la cabeza le debe el progresar y el crecimiento. El cuerpo únicamente tiene una cabeza y a ella está adaptado. Por eso no puede tener la Iglesia otra cabeza que Cristo. Pues si la Iglesia es el cuerpo espiritual ha de tener la cabeza espiritual que le corresponde. Y fuera del espíritu de Cristo no puede ser gobernada por otro espíritu. Dice Pablo: «Y él es la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia; él, que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado» (Col. 1:18). También dice el apóstol: «Cristo es cabeza de la Iglesia y él es el que da la salud al cuerpo» (Efes. 5:23). Además; «(Dios) sometió todas las cosas debajo de sus pies, y dióle por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél, que llena todas las cosas con todo» (Efes. 1:22 y 23). Asimismo: «Crezcamos en todas las cosas en aquél que es la cabeza, o sea. Cristo: Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas que entre sí se ayudan, cada miembro, conforme a su medida, toma aumento del cuerpo para su propia edificación en amor» (Efes. 4:15 v 16).

Cristo es el único pastor supremo de la Iglesia.

Desaprobamos por esta razón la doctrina del clero romano, que de su papa romano hace un pastor universal y la cabeza dirigente, e incluso vicario de Cristo en la Iglesia universal militante, añadiendo que el papa dispone de la plenitud del poder y de la suprema soberanía en la Iglesia.

Lo que nosotros enseñamos es que Cristo es el Señor y queda como único pastor supremo del mundo. Como Sumo Sacerdote cumple él ante Dios, el Padre, y en la Iglesia cualquier ministerio sacerdotal y pastoral hasta el final de los tiempos.

¿Un vicario de Cristo?

Por eso no precisa de ningún vicario, solamente necesario para representar a alguien que esté ausente. Pero Cristo está presente en la Iglesia y es la cabeza que le da vida. A sus apóstoles y a los seguidores de éstos les ha prohibido terminantemente introducir categorías y señorío en la Iglesia.

Trasfondo Histórico de la errores doctrinales que ha cometido los Papas de Pasado y Presente

No es la primera y la ultima vez que los Papas de Roma se equivoca porque los Papas no son infalible como demuestra la historia de la iglesia:

Luego, lo que Sergio proponía era que en Cristo, al mismo tiempo que había dos naturalezas, la divina y la humana, según lo había declarado el Concilio de Calcedonia, había una sola voluntad. Más allá de esto, la doctrina de Sergio no está clara, pues sus posiciones y las de sus seguidores variaron tanto, y fueron hasta tal puntos confusos, que al monotelismo se le ha dado el nombre de “la herejía camaleón”. Al parecer, lo que Sergio quería decir era que en Cristo no había otra voluntad que la divina. Cuando se le preguntó al papa Honorio qué pensaba él acerca de la fórmula de Sergio, el Papa la aprobó. Pero pronto surgió oposición en varias partes del Imperio. El teólogo que más se distinguió en este sentido fue Máximo de Crisópolis, a quien se conoce como “Máximo el Confesor”. (Historia de Cristianismo, Justo González, tomo 1, Capitulo 29, Pag. 371)

En consecuencia, el Sexto Concilio Ecuménico, reunido en Constantinopla en el 680 y el 681, condenó el monotelismo (1) y reafirmó la Definición de fe de Calcedonia. Entre los monotelitas condenados específicamente por el concilio se contaba el papa Honorio. Este caso de un papa condenado por nombre como hereje por un concilio ecuménico fue una de las dificultades a que tuvieron que enfrentarse los católicos que en el siglo XIX logró que el Primer Concilio Vaticano promulgara la infalibilidad papal. (Historia de Cristianismo, Justo González, tomo 1, Capitulo 29, Pag. 372)

(1) Monotelismo. Un segundo intento por parte del patriarca Sergio de Constantinopla (murió en el 638) de entender la doctrina de las "dos naturalezas" en Cristo de tal modo que fuese más aceptable para los —monofisitas moderados. Tras proponer el —monergismo, y luego re-tractarse, Sergio propuso que, aunque hay en Cristo dos naturalezas, hay sólo una voluntad—en griego, thelema, y de ahí el nombre de "monotelismo". Exactamente lo que Sergio quería decir con esto no está del todo claro. En todo caso, su propuesta nunca fue aceptada por la mayoría de los monofisitas, y fue profundamente rechazada por los defensores más tradicionales de la Definición de Calcedonia dirigidos por Máximo el Confesor (c.580-662). Por último, el Sexto Concilio Ecuménico (Constantinopla, 681) rechazó el monotelismo. (Diccionario Teológico, Justo González, Pag. 198)


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