¿Sabia Usted? Sobre Mateo 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Mateo 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.


Algunas personas, creyendo ser demasiado justas o santas, consideran que, si una persona en su opinión es demasiado pecadora, no debe hablársele de Dios y citan mal este versículo para apoyar su falta de amor y misericordia utilizando el verso más como un INSULTO que como una advertencia. El verdadero sentido del pasaje, sin embargo, se refiere a que cuando la respuesta de una persona que ha escuchado y conocido acerca del Evangelio, es burlarse, blasfemar contra Dios y ridiculizar La Biblia, debemos dejar de compartir con ellos el Evangelio; no debemos contribuir a que esta persona siga condenándose con sus propias palabras. La instrucción de Jesús a los discípulos fue que, si en alguna ciudad judía no recibían el mensaje del Evangelio, ellos debían sacudir el polvo de sus pies; esto significaba que esa ciudad era tenida por una ciudad gentil (no judía) la cual era tan despreciada que hasta el polvo de ella era no deseado, y debían también decirles “que supieran que el Reino de Dios se había acercado a ellos” y ellos lo habían rechazado (Lucas 10:11). 

Jesucristo dijo que no son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Cristo mismo fue llamado “amigo de pecadores”, NO por participar de sus pecados ni aprobar su forma de vida, sino por tener la misericordia de acercarse a ellos, y compartirles las buenas noticias de Salvación, cuando los religiosos los rechazaban y despreciaban. Una persona puede estar sumergida en el pecado, y Dios por misericordia y por gracia puede sacarla de allí, revelarle a Su Hijo y salvarla; nosotros como creyentes tenemos la obligación de compartir la Palabra de Dios con todos. La fe viene por el oír la Palabra de Dios, pero ¿Cómo oirán si no hay quien les predique? (Rom.10:14,17). 

La Biblia está llena de ejemplos de personas que podrían ser consideradas demasiado pecadoras, demasiado insignificantes, pobres o despreciadas a los ojos de los hombres, más sin embargo Dios los escogió para revelarse a ellos y adoptarlos como hijos suyos. Moisés mató a un egipcio; Jacob era un mentiroso; Noé se emborrachó; Rahab era una prostituta; David fue adulteró; Isaías, hombre inmundo de labios; Pedro tenía mal carácter y era violento; Pablo fue perseguidor de la Iglesia y blasfemo; Zaqueo y Mateo eran cobradores de impuestos, corruptos y ladrones; el ladrón de la cruz, fue ejecutado por los crímenes que había cometido. Cristo NO los salvó EN sus pecados, los salvó DE sus pecados, los transformó y utilizó sus vidas para la gloria de Dios. La única diferencia entre un creyente y el peor de los criminales y pecadores, es solamente la Gracia y la Misericordia de Dios que transforma su corazón, cambia su vida y lo hace una nueva criatura.

Los cerdos y los perros eran animales inmundos para los judíos, y Cristo los compara con los religiosos, quienes confían en su propia justicia y creen que son mejores, mas santos y más dignos que los demás, aquellos que desprecian a su prójimo y rechazan la verdad de Dios por abrazar una religión vacía. Y por otro lado los compara con los incrédulos que se burlan, insultan y blasfeman el nombre de Dios. En ambos casos son personas que, a pesar de haber sido iluminados por la verdad de Jesucristo, lo rechazan. Ser iluminado por la verdad NO significa ser salvo, significa haber escuchado la Verdad del Evangelio. A estas personas por misericordia hacia ellos mismos es necesario dejar de hablarles para que no sigan acumulando condenación con sus propias palabras. Es diferente el caso de un ateo que trata de comprender a Dios y puede dialogar con respeto a una persona que simplemente trata de escudar su pecado en una actitud incrédula y su único argumento de defensa es ofender e insultar, llegados a este extremo, es mejor retirarnos y solamente orar a Dios para que obre en sus vidas.

Debemos tener siempre presente al compartir el Evangelio, que NO debemos intentar dar la impresión de que somos más santos, más buenos o más nobles que el peor de los pecadores, ni que merecemos una retribución diferente a ellos, PORQUE NO LO SOMOS, Y MERECEMOS EXACTAMENT LO MISMO. La única diferencia entre ellos y nosotros es la GRACIA de Dios y Gracia significa favor inmerecido y gratuito que recibimos únicamente por fe en Jesucristo, y aun la fe necesaria para creer es un regalo de Dios, nada de lo que podamos jactarnos (Efesios 2:8-9). 

NOTA
Es importante aclarar que blasfemar contra Dios, o atacar la verdad de Dios NO es que alguien hable en contra de un predicador, sobre todo si lo que está haciendo es denunciarlo por su avaricia y por enriquecerse engañando a sus oyentes, es necesario hacer esta aclaración porque hay muchas personas que se identifican como creyentes que están más dispuestos a defender falsos maestros que a defender la verdad de las Escrituras, y esto podría deberse a que conocen más al falso maestro que lo que conocen la Biblia y simpatizan más con él que con La Palabra de Dios. Para un siervo de Dios verdadero, si alguien habla mal de él MINTIENDO, lo insulta o lo persigue, no es una causa para enojarse, al contrario, es motivo de gozo, pues El Señor lo llama bienaventurado (Mateo 5:11).

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