Estudio Bíblico de Libro del Juan

Continuamos nuestro estudio al Evangelio según Juan.



El mayor gozo de Jesucristo es cumplir la voluntad del Padre (Hebreos 12:2).  El propósito de Su enseñanza es darnos vida abundante, no una vida sin gozo, los mandamientos que Cristo da a los creyentes es para que ellos tengan gozo.   Para poder aceptar esto es necesario renovar nuestra mente, antes de  venir a Jesús y antes que El Espíritu obrara en nosotros abriendo nuestros ojos, nuestro gozo se encontraba en una vida de pecado para satisfacernos a nosotros mismos, la vida cristiana NO es cambiar solamente lo que nos produce gozo, (de pecado a servicio a Dios) sino también el objetivo de nuestro gozo, ya NO debemos vivir para agradarnos a nosotros mismos, sino para agradar a Aquel que nos salvó de condenación eterna.  Es necesario examinarnos constantemente para ver si realmente estamos sirviendo a Dios para que El sea glorificado o para recibir nosotros la gloria, el aplauso y la aprobación de los hombres antes que la de Dios.  En los siguientes versículos (v15) vemos que El Señor les dice “ya nos llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, pero os he llamado amigos…”, esto NO significa que no exista una relación de Señor y siervos o servidores, lo que significa es que a diferencia del concepto que ellos en el primer siglo tenían de un siervo o esclavo que significaba alguien que era comprado para trabajos forzados y mantenido a distancia de su señor, Jesucristo nos compra para rescatarnos y sentarnos a Su mesa, llevarnos al Padre y hacernos hijos de Dios.

En el versículo 12 nos da la medida del amor por nuestro prójimo, como El nos ha amado, El se entregó a sí mismo por nosotros, El dio Su vida por nosotros. Muchas veces ni siquiera podemos dar el tiempo por un amigo, no podemos suplir una necesidad o prestar oído a sus problemas, compartir nuestra fe, preocuparnos por su destino eterno, etc.  Pero El Señor nos dice que debemos amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.  Muchas veces dar la vida NO significará literalmente morir por los demás, sino vivir para servir a los demás.

La mayor muestra de amor consiste en poner la vida por sus amigos, Jesús les llama amigos, si obedecen Su Palabra.  Es lamentable escuchar a personas que dicen que debemos hablar con Jesús como a un amigo y al afirmar esto se refieren a ni siquiera cuidar nuestro vocabulario, y hablarle no solo con la confianza sino con tanta familiaridad que termina en “oraciones” en las que NO demuestran ningún respeto hacia Él.  Si obedecemos Su Palabra, somos sus amigos, pero la obediencia nos da la correcta posición en esta relación de amistad, EL ES SEÑOR y nosotros somos Sus siervos.  Es importante notar que esta amistad condicionada a la obediencia, se debe a que estamos hablando de Amistad con Dios. En todo el Antiguo Testamento solo una persona recibió el título de amigo de Dios: Abraham, a quien se le llamó el Padre de la fe (Santiago 2:23).  En la antigüedad el amigo de un rey podía entrar a su presencia confiadamente y hablarle personalmente, tenía acceso libre a él; y eso es lo que Dios nos ofrece si obedecemos SU Palabra. 

Volviendo a la muestra más grande el amor por los amigos, Jesús les dice esto pues Él está a punto de hacerlo; y si morir por un amigo es la muestra más grande de amor, imaginemos por un momento morir por un enemigo; eso fue lo que hizo Cristo, cuando no le buscábamos ni le deseábamos, cuando éramos rebeldes a sus mandamientos y hostiles hacia Dios, El murió en la cruz para darnos perdón (Romanos 5:8-11).

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